miércoles, 23 de febrero de 2011

Jugando con palabras: MEDIOCRIDAD

Me ha soltado la palabra, mediocridad me dice. Sé la razón, lleva 6 años intentando hacerme entender que no siempre es necesario ser de diez para que las cosas salgan adelante. Con el tiempo he aprendido lo que me quiere decir, pero hoy no voy por esos derroteros.


Empecemos por el principio:

Según la RAE

mediocre.

(Del lat. mediocris).

1. adj. De calidad media.

2. adj. De poco mérito, tirando a malo

Ya he comentado alguna vez que soy de las del “todo o nada” y así me planteo la vida. Sacarle las tripas, vivir y sentir con los cinco sentidos, si no es así apagamos la luz y nos vamos a dormir. Hacemos la vida que queremos tener, tomamos decisiones, hablamos con unos o con otros según nos convenga, vamos aquí o allí dependiendo de lo que queramos hacer. Bien, partiendo de esa base llegamos a la conclusión de que somos responsables de nuestros actos y sus consecuencias.

Desde muy pequeña en la escuela escuché una frase que me llegó y se me quedó grabada “vete a por el diez para quedarte en el cinco”. Experimentar el verbo vivir con la simple intención de pasar de puntillas es mediocre. Siempre he creído que cada uno de nosotros busca lo mejor para sí mismo, y así es como debe ser. Aspirar, ser ambicioso, querer, desear… grandes verbos que a veces se nos quedan en el camino pero que muchas otras se nos quedan en la lengua por no ser capaces de intentarlo.

Si vamos por la vida con la ley del mínimo esfuerzo para obtener un cinco, puede que no lleguemos ni al uno. Esto consiste en poner toda la carne en el asador, tirar hacia delante con ganas y esfuerzo. Con aspiraciones de cinco por la vida algún día no nos dejarán ni sentarnos para hacer el examen.

He empezado aspirando a un 10 de post… no ha salido así, el momento de escribirlo no ha sido el mejor, lo siento. Sin embargo, si lo hubiese dejado para mañana hubiese sido ir a por el cinco. La semana que viene mejoraremos, que para eso vamos aprendiendo.

Siguiente destino: Intolerancia

miércoles, 16 de febrero de 2011

Jugando con palabras: SUEÑOS

La semana pasada empecé a hablar de futuro creo que me empecé a liar porque no sé muy bien si acabé hablando de sueños o de futuro. De todas maneras, ambas dos por mucho que no sean sinónimas muchas veces van de la mano.

Me dieron la opción de cambiar de palabra, pero como de retos personales una va sobrada ya… pues pedí que no me la cambiasen que algo se me ocurriría. Dándole vueltas a la cabeza, recapacitando, observando y engrasando las neuronas me he dado cuenta de que así como recuerdos hay muchos tipos de sueño. Intentaremos dar con los principales y hacer un breve resumen.

Sueños frustrados: Estos son los que escuecen en la memoria, los pudieron ser y no fueron. Los que da miedo recordar por si alguna vez creímos verdaderamente en ellos. La palabra frustrado siempre me ha recordado a estrellado y esta vez creo que tienen algún parecido más allá de mi mente. Viajes estrellados y abandonados en cualquier cuneta del alma, coches que tuvimos que abandonar para seguir caminando.

Sueños hechos realidad: Esos que dejan de ser sueño para ser realidad. Muchas veces olvidamos que un día fueron sueños porque al convertirse en tangibles han perdido toda su magia. Se han vaciado de la categoría óptima de imaginación para darle paso a otra que siempre que sale deja a las demás en la sombra.

Sueños nocturnos: Mundos imaginados construidos por nuestra mente, recuerdos, momentos, situaciones surrealistas que sólo se viven en esa fase. No todo el mundo los recuerda o los tiene, pero cuando se tiene uno bueno y se siente el día empieza de otra manera.

Sueños eternos: Son sueños que yo llamo “Sueños Ibuprofeno”, esos que curan los malos días, palian los daños de las heridas del mundo real. Sueños que sabes que nunca serán realidad, pero tampoco quieres porque de esa forma ya no serían bálsamo. Sueños que ayudan a no perder la cordura, que te mantienen alejado de la depresión.

Seguro que faltan algunos tipos de sueño, al fin y al cabo, los sueños son tan personales como un cepillo de dientes y nadie puede entrar en el terreno imaginativo ajeno, a eso se le llama intromisión en vivienda ajena.


Para la semana que viene: REGALO

miércoles, 9 de febrero de 2011

Jugando con palabras: FUTURO


Me pides que hable de futuro, y yo me río. Me río al imaginarte, con la mirada de pícara esperando mi reacción. Bien sabes tú que hablas con una mente sin miedo a volar, una mente que pone en cuarentena todo tipo de traba, bache o pared. Me río, porque no sabes si te voy a contar un sueño, si te voy a hablar de la gente que sueña, de mis sueños nocturnos o diurnos, de mi lucha pro soñadores, de mi negación a ser no sonadora…

Me río, me sale una sonrisilla porque cuando estés leyendo esto dirás para ti misma “Esto es público loca, no hables tanto de mi”. Me río porque lo voy a hacer, porque hemos aguantado un mes esta locura de juego, porque si hablamos de futuros, hablamos de los nuestros.

Sabes bien de lo que hablo, sabes que nuestro futuro imaginado, es el nuestro y el de nadie más. Sabes que en nuestros planes tú vivirás en Madrid, en un ático. Un espacio muy tuyo, sin grandes decoraciones pero las justas que hablen de ti. Con fotos de tiempos pasados, de grandes mentes y de grandes frases que nos regalamos. Sé que tendrás un armario lleno de películas que “hay que tener”, esas que tantos años te ha costado coleccionar, esas que forman parte de regalos, recuerdos y momentos. Sin olvidar, la estantería que estará frente a ese armario repleta de libros que “hay que tener”, libros que te ayuden a sobrellevar un poco el día a día y que de vez en cuando me cederás. Cierro los ojos y sé que tendrás un estudio con un Mac (siento hacer propaganda, pero viniendo de ti no puedo distorsionar el sueño) lleno de proyectos, presentes y pasados. Me mirarás por detrás de la pantalla y me dirás “ven ven, mira los brutos del último rodaje” y yo me reiré, y me llenaré de tus ganas y de tus ilusiones.

Me llevarás al Mercado de San Miguel a sacar fotos, a tomar un café (con sacarina) y me dirás “Sigues tan divina como siempre”. En nuestro futuro imaginado nos reiremos, recordaremos con nostalgia y nos asombraremos de nuestra capacidad de aguantarnos mutuamente. Me mirarás y dirás “No tienes unos Manolos pero como si los tuvieses… cualquiera te tose”, y yo me reiré cuando tú me digas “Siempre te he imaginado como una señora elegante de Donosti a la vejez”.

Es necesario sonar el futuro, a lo grande o en pequeñas dosis porque si no lo hiciésemos sería síntoma de rendición ante la realidad que nos rodea, sería cesar en la lucha. Seguiremos haciéndolo, cada noche, cada mañana, cada hora a cada minuto… porque es nuestro futuro imaginado. ¡Que no nos lo cambien, que nos enfadamos!


Próxima parada: RODAJE

miércoles, 2 de febrero de 2011

Jugando con palabras: AMISTAD


Amistad.

A veces pienso que la amistad se vive, no se habla. Hoy me ha tocado hablar sobre algo que vivo tan cerca y que tan poco se explicar.

La amistad como todo hay que quererla para tenerla. Es como esa pequeña flor que tienes que regar cada día, esa que necesita los rayos del sol para seguir creciendo, abono y cariño para que crezca fuerte en primavera. La amistad necesita de momentos, de complicidades y de confianza.

Hay amistades de años, esas que se forjan con el tiempo, que nos han visto crecer. Esas que se conocen todos nuestros pequeños secretos, nuestros miedos, nuestras ilusiones y heridas. Esas personas que son parte de los recuerdos de nuestra vida.

Otras se crean con las situaciones. Situaciones que unen, que crean ampollas pero también cariño. Personas que nunca te esperarías que formasen parte de tu vida, pero los acontecimientos las han dejado ahí, y te sientes agraciado por ello. No importa lo diferentes que sean las partes, eso se complementa, enriquece, ayuda… los diferentes sabores alegran cualquier plato.

source: cuerdadeatar


Complicidad ausente de palabras que no tiene más que alimentarse de unas miradas para saber lo que ocurre. Miradas que se descifran en un solo segundo por todas las que se han cruzado a lo largo de los momentos vividos. Momentos que se recuerdan con nostalgia entre risas y cervezas pero no con pena porque eres consciente de que más momentos vendrán para recordarlos mañana.

Momentos que te dan tranquilidad, paz y cercanía, quien lo haya vivido sabe de lo que hablo. Presencias que gritan en silencio “todo está bien, no te preocupes” y es cuando la vida empieza a fluir en un coctel de sentimientos con un chorrito de complicidades, rayando unos cuantas miradas, polvoreado por risas y adornado con mucha magia.


próxima palabra: EDUCACIÓN