
La conocí en la universidad, hace ya algunos años. Ella y su acento giputxi. No recuerdo muy bien como empezamos a hablar ni como se empezó a formar nuestra relación. Tampoco recuerdo el punto de inflexión entre lo que era una relación cordial a una relación profunda, pero en realidad tampoco tiene demasiada importancia.
Hoy es su cumple. Se que lo celebra en casa, como ella dice con quienes son su patria. Me deja más tranquila. Ella es dura, o eso dice ser. No le gustan las ñoñerias y las cosas claras. Marcando diferencia en sus afirmaciones, a veces irascible, revolucionaria otras. Hay mil y una “mai” en ella. Me gusta cuando no pone barreras, cuando sale adelante en sus malos días a pesar de no poder comer chocolate, la sonrisa que saca al hablar de cine...
En 24 años ha sabido demostrar que quiere vivir, que no se cansa aunque todo parezca venir en contra y que la vida es para vivirla y no para dejarla pasar. Creo que no es poco.
Te quedan otros muchos años para seguir demostrando que “hay que ser feliz aunque sea para dar ejemplo” y que los años no quitan las ganas de seguir soñando.
ZORIONAK!! Besarkada handi handi bat!